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Foto del escritorDr.Desastre

2 minutos

"Vivo en la ausencia del deseo canalla

En la indigencia del garfio y la pata de palo

Y si la vida es un sueño

Como dijo algún navegante atribulado

Prefiero el trapecio

Para verlas venir en movimiento"



Y con una lata de piña vacía a mi izquierda, móvil boca abajo a derechas, luz sangre al fondo, música bailando en mis tímpanos, con tal desorden aledaño y un portátil al 20% de batería...he vuelto.


Requisitos. Tienes 2 minutos y una escena simple. Me da igual qué tan cotidiana sea, pero utiliza todo aquello que necesites, a ser posible sin desnudarte. Sólo sal y muéstranos tu propio estilo de lo que sea. De lo que te de la gana. Y allá que fuiste.

Columna a izquierda, mesa y silla al centro y pared a la derecha. ¡Ojo! Sin cuarta pared rota. Tú y tu escena. Otras tantas sillas con otros tantos ojos sólo y exclusivamente dedicándose a mirarte. Gestos sólo con tu remite.


Saliste desde la izquierda, ¡silencio! se actúa. ¿o no?. Apartas la silla, te acomodas frente a la mesa, con tranquilidad, hay tiempo. Dos minutos. Tu pierna derecha flexionada sobre la silla, tú sentándote sobre ella y con la otra caída llegando a duras penas al suelo. Primero sacas el móvil, tecleas sabe tu pantalla el qué y de repente melodía (sin referirme a la canción del play). Como caballero de bombín gastado fabricado en plastilina, intentando descifrarte. Una especie de lectura en braille inútil, fútil, trivial. Con cada puntito de movimiento tuyo, un ápice más de melodía. Incluso tarareas, moviendo en clave de sol tu pie izquierdo a ritmo. Qué diversión del personal. Te acompañaba la iluminación, un amarillo roto acoged'or que te viene como linterna en la oscuridad. Cabeza abajo y mechón de pelo tapándote tu mitad derecha de la cara. Ardes. Y lo mejor, tu aroma entre el público, como una Grenouille con su tarrito de esencias.


En dos minutos te piensas volver, ir, venir, correr, andar más despacio, un párrafo más o una llamada de menos. En dos minutos te pintas las uñas, te maquillas, ruedas sobre un destartalado cilindro hueco de plástico, te vuelves a maquillar, estudias mientras ves una serie calculando el calor de no se qué problema y terminas perfilándote los labios con 3 ó 4 mejunjes. En dos minutos tanta falsa cotidianidad que hasta te han definido. En dos minutos eres capaz de estar, ser o parecer. Una incompleta pero perfecta definición de ti mismo.


En dos minutos te dio tiempo a incendiar cualquier atrezo que pudiera parapetarte.


Te felicito, aún sigo aplaudiendo.

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